Foto de Tomasz Dubiel
Reseña de Heroína en revista THC
HEROINA
Tomasz Piątek
Acuático - Tren en Movimiento, 2010
124 páginas.
por Humberto Gil
El polaco Tomasz Piatek, uno de los autores jóvenes
más prolíficos de "ese país lo suficientemente
legendario y desmembrado para ser considerado de Ninguna Parte" (Alferd
Jarry dixit), presentó en su debut del 2002 una visión
metafísica de la más adictiva de las drogas. Así
como Luca Prodan y Lou Reed no se escondieron tras metáfora
alguna a la hora de escribir el pulso de su experiencia con Miss H,
Piatek también esquivó el eufemismo al bautizar
este relato a todas luces autobiográfico que pone en escena
el simulacro de una conciencia de tránsito, una
conciencia-heroína que encuentra su articulación al viajar
de un cuerpo a otro bajo la sutil forma de una nube de mortífera
felicidad. Una nube blanda, cálida, placentera, húmeda.
Una nube que desplaza vidas -un panelista aburrido de TV, un par de
chavales aburridos, un padre de familia, un she-man
de negocios turbios, un profesor universitario- y deja a cambio un
goce resbaladizo que todo parece endulzarlo y derretirlo. La
experiencia de la heroína, néctar predilecto del
no-future eurocéntrico, es aquí atravesada de manera
particular, sin juicio moral, con ráfagas de humor
periférico y lejos de las coordenadas de estetización
videoclipera de Trainspotting o cualquier otro
subproducto del rubro. La estrategia narrativa de Piatek propone una
hipnosis adicta, peligrosa: su prosa explora el puro contagio al
transmitir en directo desde las orillas y las profundidades de la
laguna sináptica en la que esa conciencia-heroína
sumerge a sus felices víctimas. El libro fue traducido y
publicado en estas pampas por Tren en Movimiento, colectivo
editorial con base en Temperley.
Publicado por Humberto Gil en diciembre, 2011
http://www.revistathc.com/
Reseña de Heroína en RADAR LIBROS
VIAJANDO SE CONOCE GENTE
Polaco, ex adicto y periodista de televisión, el personaje de Heroína se parece
mucho al autor, Tomasz Piątek, quien sin embargo logra un viaje al fondo de la droga sin un
final moralizante.
Tomasz Piątek
Acuático - Tren en Movimiento
128 páginas.
por Ezequiel Acuña
El arranque de Heroína tiene dos satisfacciones inmediatas. Por un lado la prosa de Piątek
sabe lo que hace, da vueltas alrededor de las sensaciones por las que transita Tomás,
primer personaje de la novela, quien relata una detrás de la otra sus colocadas, pero no son consecutivas;
la temporalidad se mezcla, los lugares se mezclan, y las sensaciones también. Todo es muy claro,
los recorridos que hace por la ciudad de Varsovia, la descripción de las amistades con que se cruza;
no hay delirio ni divague surrealista, sino descripciones bien redondas sobre todo lo que siente el personaje
circulando drogado por la vida. Hasta las bajadas, que siempre son lo peor, parecen amenas y placenteras.
Por otro lado, con un par de páginas leídas ya se empieza a disfrutar el placer de la
traducción al español rioplatense que hace Bárbara Gill, algo que uno podría
suponer erradamente que escapa a la voluntad creativa del autor, pero que en verdad realza toda la potencia
del argot que Piątek utiliza para describir ese mundo de la droga europea. Piątek dice
en entrevistas que la cultura polaca se caracteriza por la afirmación de que todo está mal, siempre.
Y de alguna manera su novela se enfrenta a esa idiosincrasia, moviéndose entre dos extremos.
Mientras van desapareciendo y muriendo personajes, y la droga sigue siempre ahí, Heroína
parece sin embargo una novela sobre la felicidad eterna. Hay algo muy negro, un componente metafísico
y al mismo tiempo palpable, que da como resultado una novela intensamente corporal no sólo por
las drogas, sino también por las descripciones de bienestar en una búsqueda de absolutos.
El mal absoluto, el placer, el dolor son temas de siempre de la literatura pero parecen ocupar un
lugar especial en varias de las trece novelas que Piątek lleva publicadas: tanto en Algunas noches
fuera de casa, un thriller paranoico –y que fue editada en Argentina hace unos años– como El caso Justine,
un policial con fuerzas sobrenaturales del bien y del mal.
Es fácil leer Heroína, primera novela de Piątek, como un relato autobiográfico.
Tomás –ese primer personaje que después les dejará la voz a otros dos– trabaja
en la televisión como una suerte de lingüista, se droga sólo en los días libres
y dice no ser un adicto. Tomasz Piątek estudió sociolingüística, pero durante los noventa
se dedicó al periodismo en algunas revistas de opinión y diarios de Varsovia, la televisión
y la radio, y a consumir heroína como gran parte de la juventud europea.
El problema de esa lectura es que así como recibió varios premios literarios en su país,
Heroína le valió varias críticas y controversias de la sociedad polaca que Piątek
describe como descabelladamente correcta. Incluso muchos de los que recibieron positivamente el primer libro
de Piątek tuvieron que inventarle un poco la parte moral, la lección sobre el precio alto a pagar,
porque tanta felicidad saliendo de la heroína no está bien ni para la literatura.
Después de una larga temporada en rehabilitación por la que le preguntan en todas las entrevistas,
Piątek intenta poner distancia entre el personaje y él. Su última novela, El palacio Ostrogskich,
es un poco el contrapelo de Heroína, es decir, la confesión de un drogón adulto y
rescatado que no moraliza pero sí pone más en juego las consecuencias. De la misma forma
sella el prólogo de la última edición de Heroína aparecida en Polonia
haciendo una aclaración tal vez pertinente: “Si usted es un adicto a las drogas en tratamiento,
no lea este libro”. Y si no, allá usted.
Publicado por Ezequiel Acuña en domingo, abril 17, 2011
http://www.pagina12.com.ar/
Reseña de Huésped Huésped en RADAR LIBROS
A LO LARGO Y A LO ANCHO DEL MUNDO
El humor y la extrañeza en una serie de cuentos sorprendentes donde
los viajes se justifican por la llegada.
Candelaria Sáenz Valiente
Acuático - Tren en Movimiento
160 páginas.
por Nina Jäger
Para saber cómo permanecer a pesar de estar de paso, los cuentos de
Huésped Huésped narran historias de personajes en lugares que les
son ajenos. De ninguna manera son relatos de viaje, sino más bien todo lo
contrario: Candelaria Saenz Valiente no cuenta recorridos sino estadías.
Ella, además, cantante de la banda Paristetris, cineasta y autora de la
novela El infierno de Orfeo Blaumont vive una parte del año en Polonia y
el resto en Buenos Aires. Entonces no sorprende que se dedique a contar
historias sobre largas permanencias en distintos lugares del mundo.
El humor descarnado es un motivo para celebrar la rareza del libro. Mezcla de
una risa por el lado de lo revulsivo, de una sátira “para probar un punto
que está más allá de las vicisitudes del pueblo” y de un
gesto sencillamente irreverente, Huésped Huésped está lleno
de chistes ácidos, verdes y negros que lo vuelven bastante divertido.
La de Saenz Valiente es una risa atravesada de lleno por lo escatológico.
Estas “sensaciones cabales del universo que se sienten en el ano” son las
protagonistas de “Crónica de una operetta inconclusa”: el narrador
escribe una obra de teatro que será protagonizada por niños a
cuyos padres tenía que ocultar el impúdico argumento; a tal punto
se habrían indignado que “sus cuerpos habrían vomitado y volado en
pedazos”. En “Matar a un pimpollo en su mansión”, en cambio, todo lo
escatológico y descarnado desaparece, y el sexo entre una mujer y un
hombre polacos está codificado en un lenguaje de máquinas que unen
sus engranajes.
Sin duda, los mejores cuentos son el primero y el último. “Diario de un
crimen misionero”, como una crónica de una muerte anunciada y con un
final que difícilmente pudiera estar más anticipado, abre el libro
para contar una estadía de largas vacaciones en Misiones. Encerrados en
un hotel lleno de personajes estrafalarios, los huéspedes están a
la espera de un crimen y no tardan en presenciarlo. Entonces, como si fuera lo
más natural del mundo, un comisario llamado Nietzsche no les permite
comer ni cocinar absolutamente nada hasta que alguno se confiese como autor del
asesinato. Lo paradójico y curioso está en que el desenlace de esta
especie de policial, de tan anticipado y conocido, queda en definitiva
suspendido. Hay, de hecho, algo peculiar en los finales de todos los cuentos del
libro. Sin llegar a relatar del todo una historia, “Tiempo”, por ejemplo, cierra
con un acertijo sobre Saer, y el rarísimo “La invitación” funde sus
últimas palabras con las de su protagonista mudo, Fernando Pessoa.
El libro abre en Misiones y cierra en Sauze d’Oulx, en una casa en medio de los
Alpes. Una narradora abúlica que se autodefine como una “ex feliz” visita
en “Fractales de nieve” a una pareja de conocidos en su casa de montaña y
vive una pesadilla lisérgica. Como una Alicia en el país de las
maravillas oscura y abyecta, la narradora cae por un agujero disimulado en la
nieve hacia una mazmorra donde vive un sueño de “escalofríos en el recto”.
Cuatro narraciones muy breves, concisas y minimalistas se insertan entre relatos
sobrecargados y neobarrocos. Y aunque los cuentos tejen un libro desparejo en
extensión y por momentos disímil en lenguaje, en el que chocan la
grandilocuencia de ciertos cultismos y la escatología, el humor y la
rareza lo atraviesan como el sonido de una risa descarnada y excéntrica.
Publicado por Nina Jäger en domingo, agosto 1, 2010
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Reseña de Huésped Huésped en DESMENUZARTE MEJOR
HUESPED HUESPED
Candelaria Sáenz Valiente
Acuático - Tren en Movimiento, 2010
Cuento, 160 pp.
por Rubén Sacchi
El crítico y escritor Enrique Pezzoni decía: "para posibilitar que se publique lo mejor de la producción literaria, una editorial está obligada, también, a publicar porquerías".
Esta aseveración, cuestionable por cierto, tiene muchos puntos de vista y costados de análisis, sin embargo, hay sellos que empiezan bien desde su primer libro, es el caso de Acuático, de Tren en Movimiento Ediciones.
Los relatos contenidos en Huésped Huésped son tan particulares como su creadora, cantante de la banda polaca Paristetris, país que junto al nuestro la alberga indistintamente.No hay una técnica directriz en los textos, puede haber finales anticipados desde las primeras líneas, donde lo importante son la densidad del desarrollo y el trabajo sobre los personajes, como también tramas con infinitas posibilidades de desenlace sin indicios de su resolución.
De tanto en tanto aparecen microrrelatos, titulados Interludio, que son escenas casi cinematográficas -otra de las pasiones de la autora- podría decirse que son pequeñas tomas que atrapan un momento determinado y lo resuelven en historia.
En resumen, un libro tan curioso como interesante que vale la pena leer.
Publicado por Rubén Sacchi en miércoles, abril 21, 2010
Anónimo dijo... Coincido plenamente con el comentario. Los cuentos me parecieron ricos tanto en la trama como en el lenguaje y en la descripcion psicologica de sus personajes. Es, sobretodo, altamente entretenido y de un gran sentido del humor.
http://desmenuzartemejor.blogspot.com/